Una jornada de análisis y diálogo fue la que se vivió en la Facultad de Medicina con la presencia de distintos actores del mundo académico, de dirigentes sociales y líderes del sector salud para promover la participación de la comunidad.
El académico del departamento de Salud Pública, Marcelo Carrasco Henríquez manifestó que hay que “realzar lo que se refiere a construir conocimiento colectivamente para el cuidado, para el reconocimiento de las diversidades de distinto tipo, para el reconocimiento de los saberes vivenciales que tienen las comunidades y que están muchas veces negados, desconocidos o que no son aprovechados por el propio sistema sanitario en todo su potencial. Es importante dar espacio a la participación en salud como tal que es una forma de construcción de democracia inmediata donde las personas contribuyen a que los programas funcionen, a disminuir el daño siendo parte de las acciones que el sistema sanitario puede impulsar, pero también construye poder en el sistema de salud y de opinión”.
En esta búsqueda permanente de avanzar para no solamente analizar los problemas de salud que hoy se abordan desde el síntoma, Carrasco planteó que “presentamos sobrepeso o obesidad o derivamos en una problemática crónica de salud y nos dicen cómo tenemos que alimentarnos porque lo hacemos mal y nos dicen que no debemos tener sedentarismo, pero en realidad las formas de vivir son las que condicionan que nos alimentemos mal, las circunstancias en las que vivimos, en definitiva, la determinación social de la salud”.
La Jornada apuntó a la participación social en salud con procesos participativos guiados por metodologías pertinentes que permiten avanzar hacia las “causas de las causas”, de las situaciones de salud que se ven y que están determinadas por desigualdades económicas, interculturalidades no reales que son las determinan los problemas de salud, realidades ambientales, relaciones intergeneracionales, de género, y la participación es un vehículo para irrumpir en torno a eso y generar formas de cuidado más cercano y pertinente, agregó Carrasco.
PARTICIPANTES
De esta jornada participaron actores del mundo de la salud primaria, dirigentes comunitarios, académicos y equipos de salud de distintas localidades del sur del país con profesionales de los departamentos de salud municipal de Puyehue, de Valdivia, del Servicio de Salud de Osorno (que realiza actualmente un trabajo estratégico a nivel regional) del grupo de trabajo territorial por el Hospital Intercultural y Público de Panguipulli (experiencia que integra actores del territorio mapuche con equipos de salud y actores de la sociedad civil) del Consejo pro Hospital de Padre Las Casas (movimiento social que dio vida al hospital y que tiene nuevos desafíos), y la experiencia de procesos de participación que ha desarrollado el Cesfam de Santa Rosa de la comuna de Temuco.
Una de las asistentes fue la nutricionista del Departamento de Participación Ciudadana del Servicio de Salud Osorno, Anita Vásquez, quien junto a sus colegas abordaron cómo desde la participación ciudadana se logró hacer una planificación estratégica del servicio de salud y red de atención primaria, con temas más pertinentes a las necesidades de la comunidad.
“Desde hace algún tiempo y desde que hice el magíster en salud pública de la UFRO, tuvimos un vínculo con los profesores Marcelo Carrasco, Jaime Neira y Andy Torres quienes nos han acompañado y asesorado en esta cruzada que tenemos como servicio sobre cómo incorporar este enfoque comunitario en las planificaciones de los distintos equipos y también cómo enfrentamos y planteamos los distintos programas con este enfoque”, afirmó la nutricionista.
Sobre el trabajo como nutricionista y, por ejemplo, cómo abordar la obesidad y sobrepeso en el país, Anita Vásquez afirmó que realizaron un trabajo con la red de nutricionistas del servicio donde identificaron ejes que debiesen ser fortalecidos para generar una atención con los usuarios para que sea más extramuros que intramuros.
“Desde la perspectiva multifactorial abordamos esta problemática de la malnutrición por exceso porque desde hace muchas décadas se ha trabajado con una mirada muy impositiva y de prejuicios, muy biomédica y que plantea que la malnutrición está asociada a la actividad física o a la alimentación saludable, siendo que es un problema multifactorial y estructural”.
“La población no puede elegir si se alimenta bien o hace actividad física dada la determinación social de su contexto. Hemos trabajado eso con nutricionistas y equipos de salud para que las atenciones sean con una perspectiva de equidad y abordaje de los distintos determinantes que impactan en la vida de las personas y debemos trabajar con el intersector. En Osorno existe un plan para abordar la malnutrición por exceso que se está trabajando con un foco puesto en los establecimientos educacionales y en las distintas ordenanzas que se pueden generar desde los gobiernos locales. Desde alcaldes, administradores y pladecos, incorporamos ordenanzas que favorecen la oferta de productos más saludables, mejoran la economía circular en las comunas, la construcción de viviendas más amplias y de ciclovías. Logramos que desde los distintos planes se aporte para que este problema se desacelere o no aumente y debe ser una mirada intersectorial, ya que el impacto del sector salud en las personas es de un 25% (bajo), el resto de las causas tienen que ver con otros sectores de la gobernanza de las instituciones”, aseveró.