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Académica de la Facultad publicó estudio sobre mujeres hipoacúsicas de La Araucanía

La tecnóloga médica adscrita al Departamento de Especialidades Médicas y que trabaja en el área de la Otorrinolaringología en la carrera de Fonoaudiología, Sandra Henríquez Vallejos, publicó un estudio que fue reconocido por el SENADIS y premiado por el concurso de tesis de la Red AGRA.

En Chile existen 1 millón 119 mil 867 personas en situación de discapacidad. De esta cifra, el 17,7% corresponde a sordera y el 4,6% a mudez; en mujeres este porcentaje alcanza un 50,2% y mudez un 39,6%. Estas cifras sirvieron como puntapié inicial para el estudio y trabajo de tesis para la obtención de grado de Magíster en Salud Pública y Comunitaria en Desarrollo Local que realizó la tecnóloga médica y docente UFRO, Sandra Henríquez.

La investigación “Estudio cualitativo en mujeres hipoacúsicas de la Región de La Araucanía abordando la problemática de doble discriminación en los ámbitos público y privado”, generó repercusión inmediata e impacto en el ámbito del SENADIS y en las tesis de postgrado regionales.

La hipoacusia es la pérdida de audición en un oído o en ambos, y dependiendo del grado de pérdida se denominará hipoacusia leve, moderada, severa o profunda; siendo estas últimas las más graves y que más afectan la vida de las personas, por cuanto alteran la comprensión y discriminación de sonidos, especialmente la voz humana.

ESTUDIO

El estudio se efectuó con 11 mujeres de la Región de La Araucanía entre 15 y 60 años de edad,  desde fines de 2010 hasta mediados de 2011. Fue publicado en el sitio web de SENADIS, participó de las Jornadas de Salud Pública de la Universidad de Chile y recibió una mención honrosa en el concurso de tesis organizado por la Red AGRA. Asimismo, fue trascendente para el desarrollo de un proyecto conjunto entre el Departamento de Salud Pública de la UFRO y el SENADIS para la realización de una Jornada de Discapacidad, que se efectuó recientemente.

Sandra Henríquez es tecnólogo médico del área de Otorrinolaringología, magíster en Salud Pública Comunitaria y Desarrollo Local y académica adscrita al departamento de Especialidades Médicas. Es docente de la carrera de Fonoaudiología y de los módulos GIS en la Facultad de Medicina. Igualmente, se desempeña profesionalmente en el Hospital Hernán Henríquez.

La académica entrevistó a mujeres con pérdida auditiva severa a profunda para responder dos preguntas, cómo es el sentir y la experiencia de las mujeres con hipoacusia severa a profunda al utilizar servicios de uso público y cómo es el sentir de estas mujeres en su vida personal y doméstica. “Quise saber cuáles eran sus principales problemas tanto con sus propios familiares ya que sus padres no les entienden o cuando son madres y tienen problemas con sus hijos, como en la vida diaria”.

DISCRIMINACION

Una de las primeras barreras a vencer es que no todas las personas sordas pueden utilizar audífonos. “Quienes tienen pérdida auditiva muy grande es muy difícil, pero en el caso de las sorderas severas o leves es recomendado y hay personas que gracias a los audífonos tienen una vida normal, por lo que debemos aceptar a la gente como es y no querer hacerla diferente para que ella se adapte a mí”.

“Una mujer sorda puede usar audífonos para que pueda oír, pero si no puede, porque no tiene los medios económicos o porque no quiere y es feliz con su realidad, nosotros debemos tratar de adaptarnos a ella, tratar de escribirle, modular mejor, hablar más fuerte, entre otros hechos, en definitiva, adaptarnos a ella”, agrega.

En el estudio, la académica entrevistó a una persona de 40 años que tuvo una vida normal pero producto de una enfermedad autoinmune fue perdiendo la audición. “Es muy complicada y triste su realidad ya que no hay audífonos que puedan servirle, pero nadie está libre de sufrir una enfermedad autoinmune y perder la audición, por eso no debemos discriminar”.

Otro de los ejes de la investigación se basó en hechos de la vida cotidiana. Un ejemplo claro de discriminación que se produce es el que narra la académica y que desea cambiar a través de un proyecto futuro en el Hospital y otros centros de atención en salud. “Quiero lograr que en el Hospital que cuando se llama en los box de atención a las personas no sólo digan el nombre de la persona por los altavoces (si es sordo, no puede escuchar) sino también lo puedan escribir o llamar a través de números. Son miles de formas de discriminación. Si piensas en las oficinas públicas se atiende a través de cubículos con vidrios, pensemos en una persona sorda, tanto el vidrio como el parlante que hay entre las dos personas son formas de discriminación”.

Así, la tarea es ardua y recién empieza en el ámbito de evitar la discriminación para fortalecer las relaciones interpersonales en el ámbito privado, mejorar el acceso y atención en servicios públicos. Desafíos no menores pero que se deben superar en una sociedad desarrollada y con miras a erradicar la discriminación.

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